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El TDAH es un trastorno neuropsiquiátrico; se trata de una patología provocada por un mal funcionamiento de determinados circuitos cerebrales, que se manifiesta en los síntomas de falta de atención (inatención) e hiperactividad-impulsividad.

Los estudios científicos han demostrado que el TDAH tiene una evolución crónica, es decir, no es una problemática que dura unas semanas, hablamos de un trastorno que abarca desde la infancia hasta la edad adulta.

En la adolescencia, aproximadamente en el 70% de los casos continúa el TDAH, y en más del 50 % de los pacientes persistirá en la edad adulta.

La impulsividad en el adulto con TDAH va disminuyendo con el tiempo, muchas veces puede pasar inadvertida.

En algunos pacientes, la persistencia del TDAH lleva a cuadros disfóricos con actitudes bruscas, a veces, acompañadas de desbordes emocionales (lamentos, sollozos, llantos) y gestos o acciones bruscas como dar un portazo, intolerancia ante situaciones que exigen poner a prueba la paciencia e incluso pueden romper de un golpe un aparato que no funcione o funcione lentamente.

Así, la deficiencia de atención persiste y se convierte en el principal obstáculo del adulto con TDAH y el que más perjudica – desde la subjetividad del individuo – su calidad de vida.

Este síntoma lleva a cometer errores y desaciertos, a veces burdos, al ejecutar tareas; genera una significativa tendencia al desorden y una notoria dificultad para organizar el tiempo y las actividades; una marcada insolvencia para planificar metas alcanzables y una habilidad escasa o nula para determinar prioridades en las actividades habituales; olvidos de obligaciones de mayor o menor importancia y frecuentes pérdidas de objetos; impide, a veces de manera grave, leer y ejecutar tareas que requieren atención.

Tratamiento

El tratamiento del TDAH en adultos es farmacológico y psicológico. Los medicamentos pueden aportar un rápida reducción de la sintomatología del TDAH.

¿Cómo saber si necesito una evaluación o diagnóstico de TDA/H?

Debería de consultar a un especialista si presenta estos síntomas desde hace tiempo:

  • Rendimiento inconsistente en los empleos o carreras; perder o renunciar a los trabajos con frecuencia.
  • Antecedentes de menor rendimiento académico y/o en la carrera.
  • Poca habilidad para manejar las responsabilidades día a día, tal como completar las tareas del hogar o de mantenimiento, pagar las cuentas, organizar las cosas.
  • Problemas en las relaciones debidos a no completar las tareas, olvidar cosas importantes o molestarse con facilidad por cosas sin importancia.
  • Estrés y preocupación crónicos debido a no alcanzar las metas ni cumplir las responsabilidades.
  • Sentimientos crónicos e intensos de frustración o culpabilidad.

Numerosos estudios han demostrado la eficacia de los medicamentos estimulantes y no estimulantes para el tratamiento del TDAH en adultos. La investigación realizada hasta la fecha muestra que la Terapia Cognitiva Conductual (TCC) puede ser beneficiosa, independientemente de si  la persona está siendo tratada con medicación o no.

Todavía no ha habido ninguna comparación directa “cara a cara” de TCC y medicación, pero la experiencia clínica sugiere que tienen diferentes efectos.

Mientras que la medicación ayuda a controlar los síntomas principales de distracción, falta de atención e impulsividad, la Terapia Cognitiva Conductual (TCC) es más eficaz para aumentar los hábitos y las habilidades necesarias para la auto-gestión ejecutiva y puede también mejorar la auto-regulación emocional e interpersonal.

La falta de confianza en sí mismo, arraigada en una baja autoestima que, casi siempre, proviene de la niñez o adolescencia, es el telón de fondo que contribuye al bajo rendimiento general, que se pone de manifiesto con variable asiduidad en sucesivos fracasos.

La escasa autoestima de estas personas, junto a la latente impulsividad que subyace, puede precipitar ocasionales acciones de riesgo que, a menudo, pueden poner en peligro la vida.