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El trastorno obsesivo compulsivo (o TOC) es una enfermedad frecuente (afecta casi al 2% de la población mundial). Los síntomas básicos son ideas obsesivas (invasivas, intrusas, raras, reiterativas y agobiantes para el paciente) que, en general, el enfermo reconoce como enfermizas.

Así mismo son frecuentes (80% de casos) los rituales o compulsiones, de índole diversa (limpieza, comprobaciones, tendencia excesiva al orden, etc.) que el paciente repite reiteradamente, en general, para prevenir que ocurra algún suceso que él siente como muy negativo.

Aunque el enfermo se resiste a la realización del acto compulsivo, no lo consigue. El curso de la enfermedad, que suele iniciarse en la adolescencia, es en general crónico con fluctuaciones. El tratamiento es la combinación de farmacología y terapia de cognitivo conductual.

LA COMBINACIÓN DE PSICOFÁRMACOS Y PSICOTERAPIA HA DEMOSTRADO SER EL MÉTODO MÁS EFICIENTE EN EL TRATAMIENTO DEL TOC – TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO.

Tratamiento farmacológico

Se basa en la utilización de antidepresivos ya sean los clásicos tricíclicos o los más modernos inhibidores de la recaptación de la serotonina. Estos últimos tienen una eficacia de mejora en el 40 al 60% de los pacientes y con unos efectos secundarios que son, generalmente, asumibles.

Las limitaciones de este tratamiento son que hay muchos pacientes que no responden a él y que cuando se deja la medicación el trastorno vuelve independientemente del tiempo que se haya estado tomando. Con lo que una sustancial proporción de pacientes tratados sólo con medicación, tienen que plantearse la toma de medicación durante toda su vida (Makarian y otros, 2010).

Tratamiento psicológico

Además del tratamiento farmacológico, el tratamiento cognitivo conductual, que es compatible con él, ha demostrado una eficacia similar.
Como trastorno de ansiedad que es, el tratamiento cognitivo conductual consiste en la exposición a lo que se teme (pensamiento o realidad) con la prohibición de realizar conductas de evitación, en este caso rituales neutralizadores, de forma que el paciente se arriesgue a sentir la ansiedad. La aceptación de la ansiedad que se siente es un proceso que ayuda en el tratamiento.