Los antisicóticos, antiguamente llamados fármacos neurolépticos evitan las recaídas y son utilizados para el tratamiento de las psicosis. Su uso también es extendido a otro tipo de patologías psiquiátricas tales como el TOC depresión resistente o trastornos de personalidad.

Dentro de los cuadros psicóticos una de las enfermedades más conocidas es la esquizofrenia paranoide. Estos fármacos siempre han tenido muy mala prensa entre los pacientes quienes una y otra vez acababan retirando de manera voluntaria el tratamiento, provocando recaídas psicóticas.

El aumento del número de recaídas está relacionado con los reingresos y el empeoramiento y cronificación de los síntomas psicóticos. Desde salud mental y las empresas farmacológicas se ha intentado siempre tratar la adherencia terapéutica, es decir que los pacientes continúen y mantengan el tratamiento para evitar ingresos hospitalarios y el progreso de la enfermedad-

Una de las causas de la retirada de los fármacos por parte de los pacientes, no sin razón, en el número elevado de efecto secundarios que tenían estos fármacos en el pasado. En la actualidad disponemos de fármacos de nueva generación mucho mejor tolerados por los pacientes.

Muchos son los artículos científicos que discuten la posibilidad de posibles efectos negativos a largo plazo de estos medicamentos, si bien, no se ha podido demostrar con evidencia científica que estos fármacos sean un problema de salud a largo plazo para los pacientes. Exsisten antipsicóticos que pecisan un control importante de los niveles de glucosa o controles de ECG y peso corporal, pero con el seguimiento médico adecuado, no representarán mayor problema para el paciente.

Un estudio europeo ha demostrado la seguridad de estos fármacos y la reducción de mortalidad por suicidio. Se han recogido datos desde 1972 hasta 2014 en Finlandia con un total de 62.050 pacientes de más de veinte años de seguimiento.

Los datos arrojan información importante sobre el uso de los antipsicoticos con una reducción significativa en la mortalidad en pacientes tratados con estos medicamentos.

Los datos sugieren que los antisicóticos a largo plazo no aumentarán la mortalidad física severa que conduce a la hospitalización pero sí se asocia con una disminución importante de la mortalidad por suicidio.

La mortalidad por suicidio en este tipo de pacientes es alta y se ve claramente reducida por el uso de neurolépticos o fármacos antipsicóticos. Por ello el estudio concluye con la importancia de no suspender tratamiento antipscótico en pacientes con esquizofrenia por reducir tanto hospitalización como muerte por suicidio.